DESCONOCIDO
Tengo un intenso dolor que no entiendo, no logro
identificarlo, es tan sombrío y profundo que me imposibilita percibir cualquier
otra emoción, nulifica mi cordura, me impacta con tal fuerza que desmorona
lentamente mi voluntad. Se aviva cual
yesca sobre la llama cada vez que se presenta tu indiferencia, a cada minuto
que me acompaña tu ausencia. Y de pronto te veo, escucharte es melodiosamente
tranquilizante para mi ser, verte sonreír, cuestionarme cada detalle de mi
sentir, beberme unos tragos de tu presencia alivian un poco la sed que
ocasiono el desierto de tu lejanía, y después, logro palparte al despedirme de
tu persona, el contacto es terso y claro, entonces, mis labios hacen contacto
con tu mejilla y tu boca parece huir, teme que le guste lo que roce, aun así
siento tus labios rojos en mi mejilla sonrojada, mi corazón se acelera al punto
que casi estalla, y de repente, se detiene la sensación y con ella el tiempo que
con nosotros transcurre, y no quiero que se vaya, porque así lo harás junto con él.
Imagino que nada de aquello se repetirá, que no volverá tu cercanía
y de nuevo se apodera de mí, me invade un enjambre de soledad y tristeza y ese
sentimiento lúgubre que desconozco. Una vez más te fuiste de mí y tu ausencia
acompañada de la indiferencia vuelve a saludarme. Ojala que la eternidad,
perenne e infernal venga por mí, cualquier cosa es mejor que sentir lo que no sé
qué es, y así, ésta incertidumbre al fin se disipe.
Entonces… no sé cómo, pero me imagino porque, te vuelvo a
escuchar. Es solo tu voz sin cuerpo, la melodía sin instrumento, eres tú sin
estar, la penumbra se esclarece, pides que te visite porque yo lo deseo –jajaja- La imposibilidad nos acompaña y mis ganas y
tu oportunidad se manchan por la causalidad de las circunstancias interrumpidas
y hay un tiempo del que no hay noción. Me gusta hacerte reír y que disfrutes la
sonora compañía, me alegra que aun cuando lo niegas todo no deseas irte pronto,
quieres más de mí, de lo que te digo, de las circunstancias que lograron
ponernos al oído del otro, y una vez más huyes, niegas y evades lo evidente, te
vas de mí, huyes de ti, niegas la veracidad de mis versos y todo queda
nuevamente alterado. No reconozco las emociones que me llenan, esas que me
dejas, aquellas que te llevas, otras que rechazas, unas más a las que les temes
y otras que no existen aún. Y nuevamente estoy en ese lugar de inicio; lóbrego,
siniestro, melancólico y doloroso; dolor irreconocible e igual de hiriente, tal
vez más, aquí esperare a que llegue algo de ti: una voz, tu nombre, el
contacto, tu presencia, simplemente tú.
AngeloMikael
#desconocido #sentimientos #ELAMORVISTODESDEAQUI
Comentarios