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Miércoles Erótico (alguna ternura)


He disfrutado cada momento a tu lado, cada uno de ellos son por lo preciados, algunos son recuerdos más relucientes algunos otros solo se opacan, pero ninguno aún olvidado... pero quiero confesarte que a partir del último instante que te vi, solo puedo pensar en tu cabeza sobre mi hombro, solo puedo sentirte tan cercana a mi, segundos, solo son segundos, extraordinarios segundos que pasan a ser primeros, en mi mente, en mi cuerpo, todo mi ser siente ese efímero momento lleno de sinceridad, de ternura, de ti, y me quedo tan impávido como siempre, pero la verdad es que quiero que te quedes ahí, que siga tu cabeza sobre mi hombro, tomarte entre mis brazos, no soltarte, bueno, soltarte para poder besarte y al fin probar la miel sobre tus labios, al menos eso imagino que tienen tus labios... ¿me permites probarlos?...

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Miércoles Erótico

Desvanecerme en ti Desvanecerme en ti quisiera; mientras cierro los ojos en un beso, mientras te abrazo a mi cuerpo o cuando tomo tu mano al caminar. Desvanecerme del gusto, del deseo, del placer, poco a poco y sin perder totalmente el sentido, más bien caer en tus sentidos, en cada uno; en tu olor, en tu mirada, en el gusto que me ocasionas, en tu tacto y escucharte mientras disfrutas… Desvanecerme en tus caricias que imagino pues no las tengo, no son mías, no sé si sean de alguien más, pero me encantaría poseerlas... Y entonces creo que ya me desvanezco; cuando me miras, cuando te acercas, creo que jamás te he tocado, tal vez en un par de ocasiones pase mi mano junto a la tuya o acaricie tu brazo para reafirmar un enunciado, tal vez he rozado tu mejilla con la mía al saludarte, al despedirme y en más de una ocasión he pensado en resbalar mis labios sobre la comisura de tu boca; beberlos para empezar a saciar mi sed y después comerlos y terminar con mis ansias de morderlos breve

LA LOCURA Y EL AMOR

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el  Aburrimiento  había bostezado por tercera vez, la  Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La  Intriga  levantó la ceja intrigada, y la  curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la  Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El  Entusiasmo  bailó secundado de la  Euforia , la  Alegría  dio tantos saltos que terminó por convencer a la  Duda , e incluso a la  Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la  Verdad  prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La  Soberbia  opinó que era un juego muy tonto (en el

EL AMOR VISTO DESDE AQUÍ

ODI-AME Ódiame, yo lo hago todo el tiempo; a ti y a mí. Cuándo recuerdo el día que por primera vez te vi, lo odio, ojala nunca hubiera estado ahí, en el justo momento que tú llegabas: una niña, yo un torpe adolescente, justo ahí me enamore, tú, no sabías que existía, yo, no imaginaba lo que en mi nacía y hoy, sólo me otorga felicidad ese momento, me hace sonreír, en mi mente habita ese pensamiento, tan lúcido, que parece real, y lo amo, y entonces te odio porque ya no estas, y entonces, te vuelvo a amar porque solo tú me haces sentir esto. Odi-ame constantemente para no sentirme solo, para pensar que estoy menos loco y al menos me acompaña alguien en mi estulticia, imaginar que no soy el único que así siente. Odio no saber de ti, que pasen días y no tengas una palabra para mí, meses sin tocarte, años sin tu amor, y entonces, te odio, porque pareces olvidarme, mientras yo no puedo dejar de pensarte y sentirte, quererte, desearte, emocionarme y, entonces me doy cuenta una vez más que