¿VENDRÍAS?
¿Cuánto hay que extrañarte para que vengas? Dame las
cantidades exactas de melancolía, dime que porciones de nostalgia requiero
¿hasta sufrir o solo que duela? Y ese dolor ¿en cuantas raciones hay que servirlo
para que te presentes? Entonces dime…
Si te digo que te extraño ¿vendrías? Tal vez sea la solución
a mi melancolía; nombrarte repetidas ocasiones y probablemente aparezcas.
Si te digo que te amo ¿vendrías? Y es que es probable que tú
también me ames y no me lo decías porque yo no te lo expresaba, tal vez ni
siquiera lo sepas y al yo decírtelo reconoces el sentimiento y lo nombres,
seguro que así, vendrías y me amarías.
Sí te digo que estoy herido ¿vendrías? Salvajemente herido
por las garras de tu olvido que rasguñan cada pedazo de mi vida desde que no
estas. Herido por los mortíferos proyectiles de tu lejanía que se incrustan en
cada fibra de mi ser y se expanden con cada minuto en el que no estas. Herido, desollado
finamente con cada cristal que ya no descienden de Hera, ni provienen de una
comuna francesa, son solo cristales desconocidos, pedazos de ellos que solo
reflejan lo que no son; eso me revuelve la mente y atormenta mi corazón. Solo dime
por favor si vendrías.
Y si te digo que estoy muerto ¿vendrías? Y es que parece que
tanto dolor ya me ha matado, mi cuerpo anda por ahí cual carcasa, pero mi espíritu
ya vaga en otra dimensión y a veces en otra diferente a esta o aquella y
algunas más parece volver, y parece extraviado, aunque solo está dolido, ya no
hay descanso. Pero… si es necesario matar al cuerpo, así lo hacemos, pero dime,
¿vendrías a verme? Tendido, inerte, yo no te vería, no físicamente, pero tu si
lo harías, probablemente hasta me tocarías, hablarías del antes, de todo lo que
me amaste y que todavía lo haces; sí, seguro que vendrías…
Comentarios