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EL AMOR VISTO DESDE AQUÍ

Hace tanto que no se de ti, que en ocasiones siento que no existo por no tener confirmación de tu parte, otras tantas solo recuerdo que ya no soy el significado para tus significantes y muchas otras imagino que aún soy algo para tu todo. En otras ocasiones me doy cuenta que no es tanto el tiempo que ha transcurrido desde la última vez que tuve algo de ti y que yo divago entre tus recuerdos tan aletargado, qué el tiempo y los momentos se ralentizan y me quedo estancado en lo que ya no es, queriendo lo que fue, esperando a que sea alguna vez, de nuevo, igual. 

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Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el  Aburrimiento  había bostezado por tercera vez, la  Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La  Intriga  levantó la ceja intrigada, y la  curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la  Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El  Entusiasmo  bailó secundado de la  Euforia , la  Alegría  dio tantos saltos que terminó por convencer a la  Duda , e incluso a la  Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la  Verdad  prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La  Soberbia  opinó que era un juego muy tonto (en el

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EL AMOR VISTO DESDE AQUÍ

ODI-AME Ódiame, yo lo hago todo el tiempo; a ti y a mí. Cuándo recuerdo el día que por primera vez te vi, lo odio, ojala nunca hubiera estado ahí, en el justo momento que tú llegabas: una niña, yo un torpe adolescente, justo ahí me enamore, tú, no sabías que existía, yo, no imaginaba lo que en mi nacía y hoy, sólo me otorga felicidad ese momento, me hace sonreír, en mi mente habita ese pensamiento, tan lúcido, que parece real, y lo amo, y entonces te odio porque ya no estas, y entonces, te vuelvo a amar porque solo tú me haces sentir esto. Odi-ame constantemente para no sentirme solo, para pensar que estoy menos loco y al menos me acompaña alguien en mi estulticia, imaginar que no soy el único que así siente. Odio no saber de ti, que pasen días y no tengas una palabra para mí, meses sin tocarte, años sin tu amor, y entonces, te odio, porque pareces olvidarme, mientras yo no puedo dejar de pensarte y sentirte, quererte, desearte, emocionarme y, entonces me doy cuenta una vez más que