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Miércoles Erótico


... y es que escucharte me embelesa, me deleitan vuestros discursos, ya es de por sí muy placentero estar contigo y en cuanto dialogamos me regocijo al saber que nos entendemos, que podemos profundizar en todas nuestras letras y que podemos reír de cualquier banalidad disponible en este mundo lleno de ellas... y es tan estimulantemente que me incitas, me provocas la piel y se eriza buscándote aún sin que la toques; me provocas las manos que se llenan de caricias dispuestas para ti, todas ellas te buscan y mis dedos se entrelazan tratando de sosegar las ansias de tu cuerpo; y me provocas los labios que mientras te hablan quisieran probar cada una de las letras que tus labios besan y beber cada risa que tú sonrisa irradia y besar cada uno de tus labios acallando todas mis dudas y exacerbando cualesquiera de mis deseos... y entonces quiero seguir hablándote, escuchándote, hasta llegar a la cima de tu provocación y de mi...

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Miércoles Erótico

Desvanecerme en ti Desvanecerme en ti quisiera; mientras cierro los ojos en un beso, mientras te abrazo a mi cuerpo o cuando tomo tu mano al caminar. Desvanecerme del gusto, del deseo, del placer, poco a poco y sin perder totalmente el sentido, más bien caer en tus sentidos, en cada uno; en tu olor, en tu mirada, en el gusto que me ocasionas, en tu tacto y escucharte mientras disfrutas… Desvanecerme en tus caricias que imagino pues no las tengo, no son mías, no sé si sean de alguien más, pero me encantaría poseerlas... Y entonces creo que ya me desvanezco; cuando me miras, cuando te acercas, creo que jamás te he tocado, tal vez en un par de ocasiones pase mi mano junto a la tuya o acaricie tu brazo para reafirmar un enunciado, tal vez he rozado tu mejilla con la mía al saludarte, al despedirme y en más de una ocasión he pensado en resbalar mis labios sobre la comisura de tu boca; beberlos para empezar a saciar mi sed y después comerlos y terminar con mis ansias de morderlos breve

LA LOCURA Y EL AMOR

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el  Aburrimiento  había bostezado por tercera vez, la  Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La  Intriga  levantó la ceja intrigada, y la  curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la  Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El  Entusiasmo  bailó secundado de la  Euforia , la  Alegría  dio tantos saltos que terminó por convencer a la  Duda , e incluso a la  Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la  Verdad  prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La  Soberbia  opinó que era un juego muy tonto (en el

No pasa nada encontrare alguien como tú