No sé si tu cara es de una princesa, un ángel, una muñequita de porcelana todas juntas o una combinación... y es que tu rostro tiene las formas más bellas y perfectas que he visto; el café de tus ojos pareciera poder bebérmelo en las mañanas y seguro haría que abriera los míos, tus labios parecen pincelados por el mejor artista y con el carmesí más brillante, tu nariz hace el juego perfecto con tu cara y resalta la belleza de tus rasgos y tu cabello parece una cascada de noche oscura con brillos celestiales que recorren tu cabeza y rostro y en las que podría ahogarme... Recorrerte a través de ella y beberme todo lo que de ti emane, acariciar tu piel y desgastarla tanto como mis dedos soporten su propio desgaste, besarlos, lamerlos para poder resistir más caricias, más de tu piel y más de ti y cuando los dedos se gasten que mis labios suplan su recorrido por tu cuerpo entero y que lo devoren y me llene de ti...
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La Intriga levantó la ceja intrigada, y la curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El Entusiasmo bailó secundado de la Euforia , la Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda , e incluso a la Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el
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