El enamorado idealiza al ser amado de tal forma que pareciera "cubrir" cualquier falta, todos los menesteres desaparecen ante tal divinidad y es justo en esta parte donde te das cuenta que en lo real no hay nada de eso y la fantasía es tan placentera que compulsivamente la repites hasta que te destruye simbólicamente en cada ocasión del encuentro con el otro, pero no importa, el amor es tan simple, cotidiano y gozoso que nos encanta construirnos, destruirnos, reconstruirnos y buscamos lo necesario para justificar nuestros andares aún ante la posible aniquilación, aún ante la total iluminación de nuestro ser, pues nada nos hace conocernos tan a fondo como la destructiva forma en que nos arma el amor...
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La Intriga levantó la ceja intrigada, y la curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El Entusiasmo bailó secundado de la Euforia , la Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda , e incluso a la Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el
Comentarios