Schopenhauer: El mal tiene un punto de partida incontestable: nosotros mismos. El mal forma parte de nuestra naturaleza tal y como lo hacen el amor, la violencia o el deseo. El alma humana es lo suficientemente grande como para albergar todos esos extremos.
"En el hombre está el abismo más profundo y, a la vez, el cielo más alto”, decía Schelling.
Nietzsche: El origen del mal no sólo está en el ser humano, sino en la propia naturaleza. El mal está en todas partes, en todas las especies. No se trata de una malformación, ni de algo circunstancial. El mal no es un accidente. Forma parte del todo y la prueba está en que, si uno observa la naturaleza, puede ver que hay maldad en todos los ámbitos, de la misma manera que hay bondad. De ahí que resulten ridículos nuestros intentos racionales de enfrentarnos al mal, disminuirlo o acabar con él. A la naturaleza no le importan nuestras normas morales y no se doblegará a ellas.
La maldad habita en nosotros de manera tan simétrica que nos ayuda a ser lo que somos.... pensar que todo es bueno y que todo debe ser positivo es lo más enfermizo del control social... La oscuridad y la maldad habitan en nosotros y a veces es bueno desahogarla; hay maneras de sublimarla y canalizarla sin necesidad de transgredir la integridad del otro...
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