Añoro tu presencia como la flor espera ansiosa el rocío matutino, extraño la belleza de tu silueta dibujada en mis pupilas y esa sonrisa de tus ojos, esbozada por aquellos labios carmesí que tantas veces he imaginado acariciando mi boca una y otra vez, suavemente se rozan con los míos y otras más cuál dementes se aprisionan entre dientes, labios y lo que encuentran en ese camino saturado de pasión, no habiendo nada mejor que hablar con esos besos que jamas te he dado, converso con tu ausencia y te sigo añorando.
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura , como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La Intriga levantó la ceja intrigada, y la curiosidad , sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso? Es un juego, explicó la Locura , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego. El Entusiasmo bailó secundado de la Euforia , la Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda , e incluso a la Apatía , a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el
Comentarios