Añoro tu presencia como la flor espera ansiosa el rocío matutino, extraño la belleza de tu silueta dibujada en mis pupilas y esa sonrisa de tus ojos, esbozada por aquellos labios carmesí que tantas veces he imaginado acariciando mi boca una y otra vez, suavemente se rozan con los míos y otras más cuál dementes se aprisionan entre dientes, labios y lo que encuentran en ese camino saturado de pasión, no habiendo nada mejor que hablar con esos besos que jamas te he dado, converso con tu ausencia y te sigo añorando.
Salgamos de aquí, este lugar no es lo que yo quiero ni lo que había pensado, nada de esto parece a lo que yo imaginaba en mi niñez, y es por eso que cada día desde hace un tiempo que lo pinto y edifico a mi manera y no solo hay colores vívidos, también me gustan los tonos ocres y opacos, puesto que nada tiene que ser perfecto solo real y disfrutable, para ti, para nadie más, dejar atrás lo que te dijeron que tenías que construir y los colores que debías utilizar y empezar a construir lo que siempre has querido lo que siempre supiste, el miedo es la cadena más poderosa, el obstáculo más alto, la limitante más complicada, pero solo existe en ti, en ningún otro lado, de hecho no existe como tal, tú lo has creado, tú has interpretado que eso que está ahí no lo puedes o no lo debías de hacer aun a costa de tu felicidad, el miedo es tu enemigo y lo peor es que tú lo traes a tu vida. Por eso hoy me salgo de ahí, donde estaba, donde no quería estar, donde no debía estar y me había estan...
Comentarios